22 de noviembre de 2020

Después de 5 años, mi relación llegó a su fin... No es drama, bueno no mucho.


Después de 5 años mi relación llegó a su fin. Usualmente en situaciones como esta escribiría una entrada de desamor titulada “Mi carta para vos” (ya esto me pasó antes, pueden ver la primera aquí), de hecho ya había tomado mi papel de protagonista sufrida de Televisa y la había redactado y esa iba a ser la primera entrada peeeeeeeeeeeeeeeero gracias a la Mamiringa (ella como siempre tan acertada), las cosas han tomado un rumbo diferente. 

Un día de estos la Mamiringa me leyó un artículo del psicólogo Dr. Róger Martínez en donde hablaba de la madurez emocional y por unanimidad de votos llegamos a la conclusión de que no soy maduro emocionalmente. (Supongo que admitir eso me hace dar un paso más hacia la madurez emocional).

2 de julio de 2016

Estoy viviendo la crisis de los 25… (me acabo de acordar que ya casi cumplo 26)

Siempre he escuchado hablar de la crisis de los 25 y honestamente pensé que eso no existía o que simplemente no iba a padecer de ella, peeeeeeeero como se imaginaran o como ya adivinaron por el título de esta entrada, efectivamente estoy viviendo la crisis de los veintitantos.

Estoy 100% seguro que  junto a los “chavalos y chavalas” de mi generación voy corriendo a la velocidad de la luz hacia edades que hace no mucho tiempo nos parecían tan adultas y lejanas. Y a más de una he escuchado decir “ay ya estoy vieja” o “cuando era joven”.

No quiero ser pesimista pero los 25 parecen ser la edad del desaliento, por alguna extraña razón uno siente que llegó a un punto sin retorno y la juventud comienza a verse como una cosa distante y que se aleja cada vez más rápido.

Y lo peor no es tener los 25 años, lo peor es lo que conlleva tener esa edad. Las pláticas con mis amigos ya no son sobre la universidad, sobre amores platónicos ni chavaladas, ahora se habla de bodas, divorcios, crisis financieras y muchos otros malestares que aquejan a las personas adultas. Males que ahora nos aquejan a nosotros. Hasta me duele el corazón cuando admito que soy adulto.

6 de marzo de 2016

Miss Otra Ganadora que ya conocíamos 2016... también conocido como Miss Nicaragua 2016


Miss Nicaragua

Destacando un poquito lo obvio, ya sé que he tenido el blog abandonado y hace siglos que no escribo, peeeeeero como sabrán el día de ayer se llevó a cabo el circo concurso más grande de las buenas para nada bellezas nicaragüenses.

En primer lugar, me gustaría pretender que en la oficina del Miss Nicaragua me leen así que quiero mandarles saludos y comentarles que las palabras que les voy a dedicar en este blog son la puritita verdad con mucho cariño y que admiro el trabajo que hacen todos y cada uno de los que son parte de la Organización. Me imagino que se preguntan porqué solamente hablo de los aspectos que me parecen negativos, y la razón es sencilla, eso es lo que la gente quiere leer. Pero si hay muchas cosas positivas que se les aplauden, no se me achanten. No todo estuvo mal :) 

En vista de que la invitación que me mandó Doña Celebertti se perdió en el correo y que tampoco estoy dispuesto a gastar un solo córdoba del dinero que me gano arduamente en asistir a este tipo de eventos, no se esperen imágenes con resolución HD, pero si un buen contenido. Modestia aparte.

Pero bueno, demos inicio al compartir  de mis puntos de vista sobre el evento con la alfombra más grande nunca antes vista en Nicaragua (¿alguien contó cuántas veces dijeron eso durante la transmisión de la  alfombra?)


9 de marzo de 2015

Cuando tu vida no es lo que esperabas…

Dos cosas

1. Sé que tengo el blog abandonado...
2. Sé que siempre escribo cosas de amor, de desamor, de consejos y esas cosas, pero hoy no. Hoy es diferente. Solamente quiero expresarme y desahogarme.
¿Alguna vez se han detenido a pesar si su vida es como la planearon o como se imaginaban? Sé que tengo mucho de lo que estar agradecido, sé que hay mucha gente que no tiene que comer o no tiene un techo, y agradezco todas las bendiciones que he tenido a lo largo de mi vida. Pero he llegado a la conclusión que mi vida no es lo que soñé.

Y cuando digo “soñé” no me refiero a esas historias de películas de Disney o producciones de Hollywood que son más cursis que yo en un 14 de febrero. Me refiero a esos planes que haces a lo largo de tu vida, sobre todo cuando estás chavalo y crees que el mundo es tuyo.

Si me detengo a pensar, el curso de mi vida no es nada de lo esperaba. No es nada de lo que planeé. Y no me quejo de nada de lo que tengo o no tengo. Pero, ¿en qué momento dejé de escuchar a ese niño pequeño que quería conquistar el mundo y empecé a hacer las cosas porque “así se tienen que hacer?

¿En qué momento dejé de ponerme a mí como una prioridad y puse los deseos de alguien más en primer lugar? ¿Soy el único que realmente no le ha dado el rumbo que ha querido a su vida? ¿Soy el único al que sus planes no le han funcionado?

Y sé que esto se lee pesimista, pero no es así. Agradezco el trabajo, mis amigos, mi novio, mi familia y todo lo que tengo. Pero definitivamente cada día me convenzo más de que mi vida no es nada de lo que pensé que iba a ser cuando tuviese casi 25 años.

Me frustra porque nadie más que yo tiene la culpa. Debo reconocer que por aspectos culturales quizás, no tenemos la costumbre de “luchar por tus sueños” (cursi ya sé), siento que vivimos en una cultura en que soñar es malo, sobre todo si ese sueño no implica que vas a tener un salario fijo que cualquiera puede tener.

¿Cuántos han escuchado las palabras: “si estudiás eso te vas a morir de hambre”? Y no lo digo por mí, porque siempre he contado con el apoyo de mi familia, pero ¿cuántas personas han sacrificado su sueño por tener estabilidad económica?, ¿Cuántos hacen un trabajo que odian solo por que paga las deudas?

Me ajusto a la realidad y sé que sería casi una utopía pretender que todo en la vida te salga como lo planeaste o como querías, sin embargo creo que nunca deberíamos dejar de soñar o luchar por alcanzar algo solo porque alguien lo tildó de imposible o algo que te mataría de hambre.

¿Cómo encontrás ese balance en tu vida en que no te acostumbras a lo que tenés por que ni modo pero tampoco podes abandonar todo solo porque si y por que deseas alcanzar la felicidad?, ¿hay un punto en tu vida en que realmente alcanzás la satisfacción total y te despertás todos los días sintiéndote pleno?

Por lo general soy alguien bastante positivo, alguien que trata de estar siempre bien, con una sonrisa y contagiando esa buena energía a las personas, pero de vez en cuando me dan mis crisis existenciales como diría un chavalo de secundaria.

No tengo una conclusión o un consejo, solamente creo que no deberíamos negarnos el derecho de soñar. No deberíamos negarnos la posibilidad de hacer lo que amamos. No deberíamos negarnos el sentirnos plenos.

Y está bien si tu vida no es lo que esperabas, y está bien si te despertás sintiendo que no es lo que deberías estar haciendo, eso no es el problema. El problema radica en acostumbrarte, en estancarte solo por que así tiene que ser y es más fácil resignarse que desgastarse trabajando y luchando.

Por el momento, me encuentro construyendo la historia que quiero tener y espero que empecés a construir la tuya. A pasitos no importa, pero empezá. No esperar a que sea demasiado tarde. No esperés a que la vida se te haya ido.

Cuidate, queréte y valoráte... Hasta la próxima

5 de diciembre de 2014

Esos amores tóxicos...


"Amo el guaro, pero el guaro destruye mi hígado… Amo la pizza, pero me hace engordar… Lo amo, pero me hace llorar…” Esta entrada es para todos aquellos y aquellas enamorados de alguien tóxico, esos y esas que aman a alguien que dice amarte “a su manera”.

Hay muchas lecciones en la vida que quisiéramos no aprender y una de ellas, es que a veces, podemos enamorarnos de alguien que no es bueno para nosotros, alguien que no pertenece a nuestras vidas.

Entre Disney, Jane Austen y Nicholas Sparks, podrías pensar que el amor lo puede todo, que cura las enfermedades, que cambia el pasado y salva el mundo. Desafortunadamente, en la vida real no es así.

Cuando amamos a una persona, no queremos ver sus fallas. Nos inclinamos por perdonar incluso el más atroz de los crímenes en contra de nosotros, de hecho iniciamos a inventar excusas por él o por ella. “Tuvo un mal día, así que está bien que me esté tratando de esa forma”.

“Está cansada así que está bien que nunca me ayude. Realmente no quería serme infiel, solamente tuvo un momento de debilidad – muchos momentos de debilidad. Lo amo, así que intentaré perdonarlo y seguir adelante.” ¿Cuántos de ustedes han amado a alguien que los hace llorar más de lo que los hace reír?, ¿cuántos de ustedes han amado a alguien carismático, que podía hacerlos reír, alguien duro en el exterior pero hecho mierda en el interior?

Y a pesar de todo eso, amaron a esa persona con cada una de las fibras de su ser, y aun así perdieron todo. Al inicio, pensás que podés pelear por esa relación para siempre, que su amor vale la pena, cueste lo que cueste.

Pero conforme pase el tiempo, debés entender que hay un costo que no podés ni debés pagar. Hay que llegar a un punto en donde debes entender que tenes que dejar de amar a esa persona, más de lo que te amás a vos mismo. 

No niego que hay días en los que te vas a sentir feliz, que vas a sentir que vale la pena luchar y estar juntos, pero todos esos días malos, ¿valen la pena?, ¿podés despertarte cada día y lidiar con lo incierto del qué podría pasar?, ¿con la posibilidad de que ese día podría ser otro día malo, lleno de problemas y palabras hirientes?

No vivimos para siempre, tenemos días finitos para vivir, para amar, para hacer nuestros sueños realidad. El tiempo y la vida no son para desperdiciarlos llorando en nuestras almohadas por alguien, especialmente por alguien que dice amarte.

Existe la posibilidad de que ames las drogas, pero a pesar de tu amor hacia ellas, las drogas pueden destruirte. Debes dejar de usarlas o tomarlas antes de que sea demasiado tarde.

Creéme que lo que menos querés es despertarte en 5,10 ó 20 años solamente para darte cuenta que ya no podes hacerlo más, que ya no podes soportar otro día malo. Pudiste haber pasado todos esos años siendo feliz, luchando por tus sueños, teniendo una carrera exitosa, amando a alguien que podría amarte sin lastimarte.

El amor es algo maravilloso, poderoso pero al final del día, amar a alguien no puede cambiar el hecho de que esa persona es un componente tóxico en tu vida. Romper y seguir adelante es aterrador. Lo sé, lo he vivido.

Yo he estado con ese alguien que hacía comentarios sobre mi forma de ser, mi forma de actuar, mi físico o incluso mi forma de vestir. Soporté mucho, porque amaba a esa persona y tenía una idea errada del amor, pensé que amar implica lidiar con todo. Y no es así. 

Eventualmente me di cuenta que estaba confundiendo la “necesidad” con el “amor.” No son sinónimos. Cuando necesitas a alguien perdés tu indepedencia como ser humano, porque estás constantemente dependiendo de otra persona. Perdés la habilidad y el deseo de completar incluso las tareas más básicas por vos mismo, se te olvida lo que se siente al estar a solas con tus pensamientos.

Me di cuenta que esa persona era un componente tóxico en mi vida. Me di cuenta que definitivamente no quiero una pareja que yo "necesite" en mi vida para sobrevivir. Al igual que no quiero que mi pareja tenga "necesidad" de mí. 

Cuando queres a alguien en tu vida, lo queres porque la vida es más divertida con ellos a su lado. Los queres porque sos una persona completa sin ellos, pero sabes que te hacen feliz. No es necesario utilizarlos como una muleta – podés caminar solo.

La diferencia entre necesidad y deseo es la diferencia entre la codependencia y el amor. El amor y la codependencia son muy, muy diferentes. Y amar a alguien es mucho más bonito y gratificante que apoyarse en ellos para todas las cosas, en todo momento, las 24 horas del día, los 7 días de la semana, los 365 días del año.

Siempre existe ese miedo de que esa persona fue tu último amor, que nunca más vas a encontrar algo o alguien que te haga sentir de la misma forma, Pero, debemos ser fuertes; lo suficientemente fuertes como para saber que vamos a estar bien, que no podemos ni debemos quedarnos con esa persona solamente porque le amamos.

Estar enamorado o amar a alguien, no es suficiente para que una relación funcione o dure, toma mucho más que eso. Toma confianza, comunicación y empatía. Toma dos personas que estén dispuestas a dar más de lo que pueden dar día con día.

                                              Cuidáte, queréte y valoráte... Hasta la próxima